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Kakistocracia

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Farit Rojas

Los griegos distinguían tres formas buenas de gobierno: la monarquía, la aristocracia y la democracia, generalmente en ese orden. Y también, tres formas degeneradas de las buenas: la tiranía como degeneración de la monarquía, la oligarquía de la aristocracia y la oclocracia como degeneración de la democracia. Cada una de las formas de gobierno tenía su tiempo y, en consecuencia, una forma de gobierno cedía su tiempo a otra, lo que aseguraba que las formas buenas en algún momento devenían en las formas malas de gobierno. La degeneración era, aparentemente, inevitable.

Polibio menciona en su Historias —en particular en su sexto libro— que cada forma de gobierno muta, de tal forma que el ciclo completo de las formas políticas conforma una anaciclosis (ἀνακύκλωσις), es decir, una sucesión cíclica de regímenes de gobierno. Polibio explica con muchos ejemplos cada una de las mutaciones.  Sin embargo, ¿cómo evitar la degeneración de las formas buenas a las formas malas? ¿Cómo paralizar el tiempo? La respuesta, que también la otorga Polibio —basado en reflexiones de Platón y Aristóteles—, es la combinación de las formas buenas de gobierno, es decir, combinar la monarquía, la aristocracia y la democracia, en una nueva forma que no es más que la llamada república romana. La estrategia de los gobiernos mixtos buscaba que la combinación de formas de gobierno sea también la combinación de tiempos que genere una nueva especie de temporalidad que ambicione a la eternidad.

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¿Pero qué sucede si se combinan las formas malas? Es decir, ¿cómo denominaríamos a la combinación de tiranía, oligarquía y oclocracia? ¿Cómo denominar al reverso de la república, en la que se encuentren en su mayor degeneración los regímenes de gobierno? Polibio no tiene una respuesta, tampoco la tuvieron Platón ni Aristóteles, ninguno de los clásicos del pensamiento político ha considerado la posibilidad de que pueda existir un gobierno que combine las formas más degeneradas de gobierno. Sin embargo, el profesor de filosofía política de la Universidad de Turín, Michelangelo Bovero, sí ha considerado esta posibilidad y ha sugerido nombrar a este gobierno creado por las peores formas de gobierno como kakistocracia, término en el que se combina kàkisto (el peor) y kratos (gobierno). Bovero señala que no conoce en la literatura política algo similar para describir a este monstrum, sin embargo, es posible que se le haya escapado el dato que Heródoto en su célebre Historia caracteriza a los peores que ambicionan el gobierno como los kakistoisin, punto de partida para que el término fuera también utilizado en el ámbito religioso para caracterizar a los gobiernos que perseguían y daban muerte a los cristianos.

Kakistocracia, entonces, es la manera de denominar al gobierno de los peores.

(*) Farit rojas es docente investigador de la UMSA