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Acuerdos para afrontar la incertidumbre

ARCILLA DE PAPEL

En días pasados, una aparente confrontación entre los dos bloques del oficialismo en la Asamblea Legislativa tuvo un hito importante en el equilibrio del poder: los votos de la facción evista, en coincidencia con los partidos de la oposición, aprobaron la censura de Eduardo del Castillo como ministro de Gobierno. Este hecho marcaría el inicio de una nueva fase en la disputa de facciones al interior del MAS, con el protagonismo de la Asamblea Legislativa como escenario.

El siguiente capítulo de esta historia tiene dos escenas en apariencia contradictorias: mientras que en la plaza Murillo se desarrolla una intensa negociación por la aprobación de una serie de créditos internacionales que buscan aportar al equilibrio económico del país, en el trópico cochabambino discurre un encuentro inesperado de un Luis Arce y un Evo Morales sonrientes y distendidos, en el marco de unos juegos deportivos estudiantiles.

¿Se trata del anuncio de una tregua temporal? ¿Un momento de calma dentro del ojo del huracán? No lo sabemos a ciencia cierta, pero todo parece indicar, como usualmente recomiendan los meteorólogos, tener precaución frente a una aparente calma puesto que, de manera impredecible, pueden volver los vientos con una fuerza peor. Y esto lo comprende bien el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, quien viene batallando intensamente para la aprobación de dos créditos de $us 202 millones del BID y otros 12 millones de euros de un fondo italiano.

La desaprobación en detalle de un primer crédito, en una maratónica sesión de alrededor de 20 horas, con un resultado de 55 votos a favor y 57 en contra parece ser la fotografía de ese nuevo equilibrio de poder en la Asamblea, desfavorable para el presidente Arce. Pero este nuevo bloque no es estable, y así parece comprenderlo la diputada Blanca López, del Movimiento Al Socialismo, quien sugirió una nueva redacción y modificación de un artículo, con la esperanza de volcar al menos dos votos en favor de esta aprobación.

Esta disputa interna en el Legislativo se da en un contexto nacional muy adverso. La escasez de divisas y el encarecimiento del dólar están ralentizando las operaciones económicas y generando incertidumbre en la población. Esta situación afecta a las familias, ya que la inflación, principalmente en los productos importados, ha ido en aumento. Por otro lado, hace una semana la calificadora de riesgo Moody’s Investors Service bajó su perspectiva crediticia de Bolivia de “calificaciones bajo revisión” a “negativa”. En ese contexto, la sensibilidad de los actores políticos debe tener la reactivación de la economía en el centro, más que la disputa electoral de 2023.

Con los últimos acontecimientos, tenemos señales de que la Asamblea Legislativa ha recuperado su centralidad como espacio político, y tal vez lo que veamos en adelante sea una serie de acuerdos contingentes en función a diversos temas, con un alto grado de incertidumbre. Este nuevo escenario de “acuerdos parciales y temporales” tendrá en el centro no solo temas concretos de gestión de políticas, sino sobre todo apuestas variables en torno a las futuras elecciones. Esta será la única manera en que enfrentemos el huracán desatado por la confrontación de las facciones de evistas y arcistas.

En medio de este temporal me quedo con las acertadas palabras del presidente de la Cámara de Senadores, Andrónico Rodríguez, quien quiere, al igual que la mayoría de los militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS), ver a sus dos líderes unidos y apoyándose en todo plano y escenario. Para ello recomienda que “los entornos deben callar y los líderes deben hablar con mayor sinceridad”. Este silencio de los ruidosos entornos es lo más saludable para la economía y la democracia boliviana.

Lourdes Montero es cientista social