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Educación sexual

CON LA PUNTA DE LA AGUJA1

La sexualidad constituye uno de los espacios de la intimidad de la vida, que se desarrolla en medio de un ámbito social, cultural y político. Solo cada una y cada uno sabe qué es lo que le da placer, cuáles son sus deseos, qué le excita y qué quiere afectivamente. Pero todos esos pensamientos, sentimientos y deseos se construyen a lo largo de la vida en sociedad, las sensaciones son íntimas, pero la construcción es social e histórica

El arte y la sexualidad se parecen porque nos transportan a una dimensión de conexiones energéticas vitales, y por eso al ser vitales, como el agua, el aire, la tierra, son también imprescindibles para construir una sociedad y un mundo radicalmente diferente al que vivimos.

Los cambios trascendentales de nuestro país y la propuesta del summa qhamaña (vivir bien) han desatado en nuestros pueblos mucha imaginación y creatividad. Son cambios históricos, impulsos de vida y dignidad que nuestro territorio nunca antes los había vivido.

Sin embargo, la sexualidad, el arte y la cultura no fueron tocados en lo más mínimo. Es más, el moralismo, el machismo y la heteronormatividad se han hábilmente reciclado y son mucho más profundos, con ayuda de las redes sociales.

Queremos insistir que dentro del proceso de cambios no se ha logrado entender la dimensión política de la sexualidad. Por eso hoy la sociedad boliviana ve sorprendida y admirada que los curas —en la nariz de todo mundo— hayan abusado tan impunemente de las wawas.

La violación y el abuso sexual de niñas y niños es un crimen, hoy finalmente están los curas pedófilos en el banquillo de los acusados, pero la violación y el abuso, especialmente de las niñas, forman parte de las prácticas sexuales también en las familias. Abusos practicados por padres, tíos, abuelos, hermanos, primos y demás hombres alrededor de niñas en el ámbito doméstico, pero también en las escuelas y las iglesias.

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Se rasgan las vestiduras y las hipócritas de derecha también lo hacen, de qué les sirve escandalizarse, si son ellas mismas, son estas mujeres que se oponen a la educación sexual en las escuelas y colegios. Sí, y sin duda, la educación sexual es un paso muy importante para poder prevenir estos abusos, porque alrededor de la educación sexual se movilizan y reflexionan muchas personas, profesoras y profesores, madres y padres de familia, y las wawas, las y los jóvenes.

Ciertamente todas las medidas para hacer justicia a tantas niñas y niños abusados son muy importantes, hay que hacerlo y publicarlo para que quede claro quiénes son los y las responsables. Esta medida, la entiendo así, es para hacer justicia, sobre lo que ya pasó. Ahora falta todo lo que debemos trabajar para prevenir, para que esto no vuelva a pasar a otras niñas y niños, y eso también es muy importante. Por eso es imprescindible empezar ya con educación sexual en las escuelas y colegios de Bolivia toda, como una de las medidas que ayuden a prevenir y acabar con los abusos sexuales.

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.