Rapiñas
La rapiña es un término que quiere decir que existe un robo, una apropiación o despojo de manera violenta; las aves de rapiña utilizan el pico y las garras para destrozar a sus presas. Esta metáfora con la que empiezo a escribir quiere ponernos en el contexto del actual momento político que vive nuestro proceso de cambios revolucionarios.
Ciertamente y lo dijimos siempre, tenemos que estar atentas a la palabra proceso y no olvidarnos de esta. Un proceso tiene diferentes momentos de subidas y bajadas en lo que se refiere al éxito de sus objetivos. Estas subidas y bajadas no van a poner en duda que el proceso tiene un objetivo, que es el de cambiar en profundidad las relaciones sociales, económicas y políticas en nuestro país, es lo que algunos llamarán cambios revolucionarios, otros Pachakuti o también el “vivir bien”.
El aniversario del instrumento MAS-IPSP nos mostró, de varias formas y colores, la madurez política del pueblo. Sin embargo, desde otro lado, las cámaras y la pluma de los medios mercenarios estaban atentos para retratar puñetes, peleas, golpes, insultos, que no los hubo. El pueblo estaba en otra, pues todos y todas las asistentes estaban atentas a los discursos y disfrutando de la celebración. No hubo ningún incidente y eso nos muestra que las discusiones y encontronazos se están dando en otro reducido lugar y ahí será necesario que aprendan del pueblo la madurez y el cuidado que demostraron quienes estuvieron en Ivirgarzama.
Pero de inmediato, todos y todas podemos ver la parafernalia en las redes. Rapiñas de gente amargada, que desde dentro del instrumento se desviven para arrebatar de nuestro pueblo el ajayu de la experiencia vivida, empañar esa energía recibida en la celebración de la vida de nuestro instrumento, con mentiras. Con frases sacadas de contexto, con fotos desde un ángulo perverso tratan de alimentar un mundo paralelo que desean que exista. Esta gente quiere un mundo distorsionado por el odio y que solo está en sus planes de rapiña.
Quedé más tranquila sabiendo que la base de este proceso está unida, pero necesita profundizar sus raíces, las diferentes escuelas de formación política son necesarias para poder discutir con argumentos y que muestren el camino y posicionamiento ideológico, la descolonización, la despatriarcalización, el antiimperialismo y la construcción del “vivir bien”, el suma qhamaña. ¿Qué está faltando? La presencia contundente de las mujeres, su aporte sabio e inteligente, eso todavía no se da. Por el momento, nuestros hermanos acaparan los espacios —y dije acaparan los espacios— de las propuestas y discursos. Pero, por otro lado, nuestras hermanas aún se reprimen en la fuerza de la palabra y las propuestas, no toman su lugar. El Feminismo Comunitario de Abya Yala, organización y movimiento social parido en el proceso de cambios revolucionarios, está siempre sembrando esas semillitas necesarias en todas las organizaciones de mujeres. Por eso hay esperanzas, por eso decimos: ¡ Jallalla proceso de cambios revolucionarios!
Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.