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Economía, preocupación para 2023

tribuna

Rolando Kempff, licenciado en economía de la UMSA, académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP)

Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, señala que “la inversión moderada es una preocupación seria porque está asociada con una productividad y un comercio débiles y frena las perspectivas económicas generales. Sin un crecimiento fuerte y sostenido de la inversión, es sencillamente imposible hacer un progreso significativo en el logro de objetivos más amplios relacionados con el desarrollo y el clima”.

El Presupuesto General del Estado 2023 refleja que el Gobierno optó, este año, por reducir la inversión pública en $us 1.000 millones. A esto debemos añadir que la inversión extranjera directa —que llegó en dos años consecutivos (2019 y 2020) a ser negativa— es una de las más bajas de la región.

Según datos del Banco Central de Bolivia, el primer semestre del año pasado, el flujo acumulado de remesas alcanzó los $us 724 millones. En todo 2021, la economía nacional recibió $us 1.398 millones, la mayoría procedente de España, y durante 2020 estos envíos alcanzaron los $us 1.115 millones.

Los más recientes informes señalan que a octubre del año pasado nuestras exportaciones alcanzaron los $us 11.632 millones, superior en $us 2.588 millones (29%) a las ventas en similar periodo de 2021. Se espera que en todo 2022 se superen los $us 13.000 millones.

En los primeros 10 meses del año pasado, el valor de las importaciones llegó a un total $us 10.807 millones, mayor en 3.296 millones (44%) a la registrada en similar periodo de 2021.

El Programa Fiscal Financiero establece una meta de crecimiento económico de 4,86%, una inflación de 3,28%, un déficit de Sector Público No Financiero de 7,49% y una variación positiva de las Reservas Internacionales Netas (RIN) de $us 550 millones, y una inversión pública de $us 4.006 millones.

David Malpass, presidente del Banco Mundial, recordó que “hay una desaceleración en las tres economías clave del mundo. En la zona euro por los precios del gas que han aumentado drásticamente; China que por perturbaciones y por la volatilidad del sector vivienda está creciendo menos, estamos viendo un problema muy importante que está reduciendo el crecimiento, y en Estados Unidos, el mercado laboral sigue siendo un mercado fuerte, pero a la vez está perdiendo impulso porque las tasas de interés empiezan a cobrar efecto”.

El economista senior PNUD Marcelo Arroyo habla de la solución innovadora, cuando señala que “dado el desafío para la región de recuperar los avances en el logro de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), es de vital importancia explorar métodos innovadores para cerrar las brechas de desarrollo que enfrentan los países. Una solución innovadora es el del financiamiento combinado o ‘Blended finance’, que se define como el uso estratégico de recursos públicos para movilizar capital privado en mercados emergentes. El financiamiento combinado permite: el apalancamiento de capitales, incrementar los impactos, atraer a inversionistas privados y lograr una rentabilidad de la inversión ajustada a los riesgos”.

El Banco Mundial ha rebajado del 3% al 1,7% sus previsiones de crecimiento global para 2023, su ritmo más débil en casi tres décadas si se excluyen los periodos de recesión. A esas predicciones añade una importante llamada de atención: dadas las “frágiles condiciones económicas”, cualquier acontecimiento adverso, ya sea una inflación superior a la esperada, aumentos bruscos de los tipos de interés para contenerla, un resurgimiento de la pandemia del COVID-19 o una escalada de las tensiones geopolíticas, podría ser esa llama que empujará a la economía mundial a una posible recesión o crecimiento moderado.

Rolando Kempff Bacigalupo es economista, licenciado en la UMSA, doctorado PhD en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina, Académico de Número de la ABCE y presidente del Directorio de la UREAL.