Al parecer, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, por fin se dio cuenta de que la guerra en Ucrania creó a un competidor peligroso para su poder: Yevgeny Prigozhin, fundador de la empresa militar privada Grupo Wagner, cuyas tropas combaten junto al ejército ruso. Dependiendo del punto de vista, Prigozhin podría ser considerado la persona del año o el villano del año. Según varias fuentes de Moscú, Putin confía en poder debilitar a Prigozhin, quien ha tenido tensiones con el Estado Mayor del ejército. Sin embargo, el efecto podría ser el contrario, y más gente vería a Prigozhin como la figura con más probabilidades de suceder a Putin.

Desde el principio de la guerra contra Ucrania, Putin se aseguró de que no surgieran rivales a su poder y se esforzó mucho por garantizar que el conflicto no creara un líder militar popular que pudiera suponer una amenaza. Y lo logró. Sin embargo, en años recientes, Prigozhin ha tenido una carrera inesperada. Al principio se le conocía como “el cocinero de Putin”, pues consiguió convertirse en contratista estatal de los almuerzos escolares para los niños de todo el país. Luego creó la fábrica de troles, la Internet Research Agency, y fue señalado en la investigación de Robert Mueller sobre la injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016. Por último, Prigozhin se hizo famoso como fundador del Grupo Wagner, cuyos contratistas han combatido en África, Siria y ahora en Ucrania.

Estos logros por sí solos le aseguraron a Prigozhin la responsabilidad de las tareas más delicadas de Putin. Pero este año, Prigozhin pasó a otra liga, con lo que superó a todos los amigos de Putin en el poder. Además de ser el operador político más popular es temido por altos funcionarios y empresarios rusos.

El meteórico ascenso político de Prigozhin comenzó este verano, cuando recorrió todas las cárceles rusas para reclutar prisioneros para Wagner, su ejército privado, para lo cual ofreció indultos a aquellos que combatieran en el frente en Ucrania: seis meses de servicio y luego la libertad. Para hacer esto, Prigozhin tuvo que desafiar a varias agencias rusas de seguridad al mismo tiempo. Todos esos grupos tienen un estatus especial, dependen únicamente del presidente Putin y nadie se atreve a rebatirlos. Pero entonces la situación cambió: apareció un personaje que estaba por encima de todos. Si Prigozhin puede liberar a cualquier prisionero, sus poderes son ilimitados.

El siguiente indicador del nuevo estatus de Prigozhin fue su abierto enfrentamiento con el Ministro de Defensa y los altos mandos del Ejército. Prigozhin consiguió crearse la imagen del guerrero más eficaz. No está subordinado al Ministerio de Defensa, no está incluido en el sistema de la burocracia militar, determina sus propias tareas, objetivos y plazos. Según mis fuentes, Putin estaba de acuerdo con este arreglo y permitió que Prigozhin criticara a otros generales de forma grosera y pública. El Presidente ruso no los tenía en gran estima, por lo que no regañó al fundador de Wagner.

Los políticos y empresarios más radicales muestran su apoyo a Prigozhin. Además, su grupo de influencia incluye a los líderes de las llamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. En general, se trata del clan más influyente de la Rusia moderna, ya que los que están al frente son los que tienen más peso a los ojos de Putin.

Prigozhin también se ha convertido en el héroe de los reporteros militares “patrióticos” (aquellos que trabajan para los medios propagandistas y cuyas opiniones son abiertamente fascistas). Pero Prigozhin ya parece un actor político totalmente independiente. Empezó un enfrentamiento con el gobernador de San Petersburgo, Alexander Beglov, un antiguo colaborador de Putin. “Gente como Beglov será aplastada por nuestra sociedad como un insecto, tarde o temprano”, escribió hace poco.

El 10 de enero, Prigozhin informó en el canal de Telegram de su empresa que los paramilitares de Wagner habían tomado la ciudad ucraniana de Soledar. Esta ha sido su victoria propagandística más poderosa y una prueba convincente de que Wagner es una de las unidades rusas más preparadas para el combate. El Ministro de Defensa aseguró que la toma de Soledar fue un logro suyo, lo que de inmediato fue desmentido por Prigozhin y varios corresponsales militares. Para los propagandistas, una victoria tan insignificante causó un éxtasis absoluto.

Se cree que fue en este momento que Putin se dio cuenta de que tal vez Prigozhin era demasiado popular. Así que encumbró a los enemigos de Prigozhin, los generales Lapin y Valeri Guerásimov, y nombró a este último comandante de las operaciones en Ucrania. Este es el tradicional juego burocrático de Putin, que ha sido eficaz pero que podría no funcionar esta vez. Muchos rusos, atolondrados por la propaganda, se sienten frustrados porque el Ejército no está ganando. Kiev no fue tomada en pocos días como se había prometido. Al nombrar al general Guerásimov, Putin asume la responsabilidad de todas las derrotas posteriores. Y no debilita a Prigozhin, quien no criticó este nombramiento. Esto significa que, en un futuro próximo, Prigozhin podría desafiar al presidente y Putin quizá ya no pueda oponerse a su antiguo cocinero.

Mikhail Zygar es periodista ruso y columnista de The New York Times.