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Educación para la libertad

CON LA PUNTA DE LA AGUJA1

La educación es una palabra que tiene múltiples significados en las vidas de la humanidad, algunos tienen que ver con el control que el sistema dominante pretende implantar. La burguesía, desde 1879, se preocupó por crear un sistema propio de educación, que tiene los objetivos de consolidar a la propiedad privada, el usufructo sin límites, la doble moral, la sumisión al poder burgués, entre otros. Por otro lado, los diferentes pueblos de la humanidad tenían también sus propios sistemas educativos, creados mucho antes de que la burguesía existiera. Los pueblos andinos y amazónicos del continente son parte de esa experiencia valiosa que recorre la historia de la humanidad.

Cuáles saberes, cuáles conocimientos se deben pasar a las niñas y niños, para poner cimientos en el camino de su curiosidad y creatividad; son preguntas fundamentales. Qué es lo que aprendimos de la vida y en la vida, será importante compartir con quienes vienen creciendo y estrenando sus vidas. Por supuesto que tenemos que compartir las metodologías de la autocrítica y la reparación de los errores, que es otro cimiento fundamental para crear valores que apunten a una ética comunitaria, que nos permite cuidarnos entre sí.

El título de esta columna, Educación para la libertad, es inspirado en el nombre de un libro de Paulo Freire, el pedagogo brasileño que se concentró en la alfabetización del pueblo, esa praxis liberadora de aprender a leer y escribir la historia. Hoy tendríamos que además alfabetizarnos en usar el internet y descubrir todas las manipulaciones y mentiras de las redes y medios de comunicación, como una práctica contemporánea de ejercer la libertad.

El gran pedagogo aymara Avelino Siñani recogió la metodología aymara de una educación que no se encierra en las aulas y está profundamente ligada al sustento de la vida en los diferentes territorios. Por eso es que la ley de la educación del Estado Plurinacional lleva su nombre. Quiero referirme, en esta ocasión, especialmente a los reclamos sobre la nueva currícula y los ataques a las grandes luchas reivindicativas de las mujeres. Ataques a los derechos de conocer nuestro cuerpo de una manera científica y sin prejuicios moralistas y religiosos. Conocer nuestros cuerpos para que descubramos nuestra sexualidad y podamos defendernos del abuso, de la pedofilia, de las manipulaciones sexuales y afectivas. Cuyo desconocimiento o información sesgada es la que se ha manejado hasta ahora y han servido como base para el abuso y violencia hacia las mujeres. Por eso el título de educación para ser libres, la información planteada en una educación sexual integral, lejos de las visiones que se empeñan encasillar los cuerpos en el binarismo del género: o género femenino o género masculino.

Es vital para niñas y niños la información para crecer libres de prejuicios que les hagan sufrir, que crezcan en los valores de la comunidad y la responsabilidad con sus vidas y la vida de las y los demás. En el valor del diálogo para la resolución de los problemas, muy lejos de la violencia asesina. Por eso defendemos la nueva currícula, porque encarna estos valores fruto de la discusión y lucha del pueblo boliviano especialmente de las mujeres. ¡Jallalla proceso de cambios!

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.