Una mirada al futuro de la economía
Pareciera que muchos quisieran que nos vaya mal en la economía, como si vivir una crisis causara regocijo, pero no es así. Una crisis trae mayor pobreza, desempleo, más desigualdad, hambre, enfermedades, etc., donde los únicos inmunes son los más ricos.
No estamos cerca de una crisis, más bien estamos saliendo de una y con muchas expectativas positivas que incluso fueron reconocidas a nivel internacional. Como país estamos avanzando en la diversificación de nuestra matriz productiva, con la sustitución de importaciones y gran expectativa en varios proyectos. Más allá de lo planificado, hace días se descubrió que una de las minas más grandes de plata del mundo se encuentra en Potosí y también estamos apostando por la gestión del conocimiento como instrumento para fortalecer el desarrollo de Bolivia.
Como sabemos, a inicios de 2022 se desató la guerra entre Rusia y Ucrania, que desafió la estabilidad económica de todo el mundo, que recién se estaba recuperando de la crisis del coronavirus. A pesar de ello, un informe de The Economist Intelligence Unit indicaba que Bolivia es el país mejor posicionado de América Latina para resistir los efectos mundiales de este conflicto bélico. Incluso hace poco, la revista internacional The Banker, miembro del Grupo Editorial Financial Times de Londres, eligió al Ministro de Economía de Bolivia como el “Ministro del Año”, por mantener una inflación baja y controlada, la reducción de la pobreza y la recuperación económica más rápida tras la pandemia del coronavirus.
Si revisamos el Plan de Desarrollo Económico y Social, vemos que una de las prioridades del Estado es la sustitución de importaciones, que consiste en identificar las capacidades productivas de cada región, fortalecerlas hasta que puedan abastecer nuestra demanda interna y así incluso ahorrar recursos públicos, que es lo que está sucediendo con la importación de combustibles.
Sin duda, uno de los proyectos con mayores expectativas es la industrialización del diésel renovable, biodiésel y diésel sintético, del que se estima un ahorro de $us 100 millones solo para el primer trimestre de 2023, de acuerdo con lo que recientemente informó el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.
Ni qué decir del gran potencial que tiene el litio, cuyo precio por tonelada en 2012 estaba alrededor de $us 4.000, en 2021 llegó a $us 17.000 y hace meses atrás superó los $us 70.000. Bolivia cuenta con una de las reservas de litio más grandes del mundo, que es utilizado en baterías de teléfonos celulares, smartphones, laptops y, sobre todo, en los vehículos eléctricos.
Otra de las nuevas oportunidades que tenemos se presentó la semana pasada con el anuncio de la empresa New Pacific Metals Corp, que informó que el proyecto Silver Sand en Potosí podría convertirse en una de las minas de plata más grandes del mundo. Sin duda una alentadora noticia para Bolivia, pero sobre todo para Potosí, ya que la misma se encuentra ubicada a 40 kilómetros de la ciudad, lo cual generará mucho movimiento económico en los siguientes años.
En todo este proceso de industrialización, el rol de las universidades es indispensable, desde actualizar sus mallas curriculares para las nuevas especialidades que se necesitarán hasta generar investigaciones científicas y tecnológicas que aprovechen las capacidades productivas de cada región. Las expectativas del trabajo coordinado con las universidades crecen sobre todo con la reciente creación del Fondo de Fomento al Desarrollo de Ciencia y Tecnología (FONDECyT), con el cual las universidades públicas serán del desarrollo de Bolivia.
Apostar por una sociedad del conocimiento viene desde 2017, con los decretos supremos 3178 y 3429, con los que se realiza convenios de cooperación interinstitucional con las mejores universidades del mundo para otorgar becas de posgrado a profesionales bolivianos en las áreas de ciencia, tecnología y salud, quienes a su retorno prestan sus servicios en empresas y entidades públicas, haciendo talleres y diferentes réplicas para transmitir sus conocimientos.
Alguien dijo Roma no se hizo en un día, pero cada hora se ponía un ladrillo sobre otro. Así es el desarrollo, no se logra de la noche a la mañana, se consigue en el tiempo con trabajo planificado, avanzando, sin dejar a nadie en el camino y sin ir por encima de nadie.
Wilmer Alavi Argandoña, es analista financiero.