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Quitemos el poder al coronavirus

Según datos proporcionados por AFP el 9 de abril, existen más de un millón y medio de personas contagiadas por el nuevo coronavirus y casi 89.000 muertos a nivel mundial. Sin embargo, son 18 países que no han reportado ningún caso, según dato proporcionado por la Universidad Johns Hopkins.

El COVID-19 es un virus que se presenta en humanos. Se trata de una afección respiratoria que afecta a los pulmones y las vías respiratorias, principalmente la garganta. Los síntomas son dificultad para respirar y fiebre.

En nuestro país, el 10 de marzo fue reportado el primer caso y hasta el 8 de abril se detectaron 264 casos confirmados y 18 decesos.

Esta es la evidencia física que permitió a Bolivia endurecer sus medidas contra este virus y declarar una emergencia sanitaria en el país.

Al parecer estamos informados por diferentes fuentes acerca del COVID-19, sin embargo, el enfoque que quiero darle a este artículo es diferente; en el sentido de propiciar una toma de conciencia más positiva y favorable que nos permita vivir este retiro en paz y con esperanza de que, al terminar, salgamos triunfadores como grandes seres humanos.

Esta parada forzosa (yo prefiero decirle retiro) trae consigo muchos cuestionamientos; vivimos en un total estrés, sin tiempo, siempre corriendo, y ahora… que cada ser humano se encuentra con su propio espejo, ya no puede eludir semejante responsabilidad: hacerse cargo de sí mismo.

Pero por si fuera poco, este retiro además conlleva un cúmulo de emociones y sentimientos que afloran después de muchas décadas de estar en el fondo de nuestras almas: depresión, ansiedad, tristeza, angustia, soledad y el más temido por todos, el miedo, y principalmente ese miedo ¿a qué?… a morir.

El COVID-19 afecta a dos de los siete cuerpos

El ser humano tiene siete cuerpos: el físico, el etérico o vital, el astral, el mental, el causal o de la voluntad, de la conciencia y el espiritual. Estos a su vez tienen algo parecido a un huevo energético que sirve como protección y conexión con fuerzas invisibles. Esos campos vibran a frecuencias muy sutiles para nuestra aura, nuestra salud física mental y espiritual.

El aura, que es nuestra energía de luz o campo electromagnético de nuestra alma, cubre a todos los seres humanos. Nuestra aura está compuesta de siete chakras que son ruedas giratorias energéticas y se encuentran en todo lo largo y ancho de nuestro cuerpo.

Cada chakra o rueda de energía actúa de una forma específica sobre algunos órganos y funciones de nuestro cuerpo. Por ello, si alguna se encuentra bloqueada, con baja energía o exceso de la misma, se pierde el equilibrio energético que fluye a través de nuestro cuerpo. La energía bloqueada puede conducir a la enfermedad. Cada chakra es una visión del mundo. Es una perspectiva que organiza nuestros sentimientos, pensamientos y valores para relacionarnos con el mundo y actuar en él.

El Primer chakra es el de la Raíz; el segundo, el Sacro; el tercer chakra es el del Plexo Solar; el cuarto, del Corazón; el quinto, de la Garganta; el sexto, del tercer ojo; y el séptimo chakra corresponde al de la Coronilla.

Lo que nos interesa ahora son dos: el cuarto y el quinto. El cuarto chakra del Corazón, porque es un chakra a la altura de los pulmones, lugar de nuestro cuerpo que afecta el COVID-19 por nuestra poca capacidad de amar y recibir amor. Es un chakra que trabaja con la aceptación a nosotros mismos.

Por los andares de la vida nunca fuimos capaces de aceptarnos y amarnos lo suficiente, hemos preferido ir detrás de cosas superficiales y materiales, sintiéndonos enfermos, tristes por la vida, sin encontrarle un color a ésta, comiendo lo que sea, sin darnos cuenta de que los más importante es…. lo que llevamos en nuestro interior- mi alegría, mi compasión, mi capacidad de amar a los otros, pero cómo poder hacerlo si soy incapaz de amarme a mi mism@.

Y por otro lado, tenemos el quinto chakra que es el de la Garganta, relacionado a la capacidad de comunicar lo que siento, lo que pienso, comunicarme conmigo y con los demás, este es un chakra que con el tiempo bloqueamos por que dejamos de mostrarnos reales ante los demás, comunico solo que me interesa comunicar, midiendo mis palabras, viendo qué dirán los demás; en resumidas cuentas oculto palabras amables, consideradas y sinceras. Este chakra también está afectado por el virus.

Es tiempo de quitar el poder a este virus que infecta a niños, mujeres, varones, ancianos sin diferencia de edades o razas, ya es tiempo de que tomemos las riendas de nuestra propia humanidad dejando la soberbia, la indiferencia, el abandono, el auto abandono, la indiferencia, el complejo de superioridad, la humillación, la crítica, la culpa y muchas cosas que nos hunden en un mar de miedos sin causas verdaderas. Pues de ti y de mí depende que ya no cobre más vidas. Por el contrario, seamos capaces de eliminarlo con grandes pensamientos de amor y gratitud que nos elevarán las defensas de nuestros cuerpos, permitiendo un cuidado consciente ante este virus.

Seamos pues capaces de amar a lo grande, de reír a lo grande, de brindar a apoyo a lo grande, de ser genuinos a lo grande y sobre todo, a ser seres esplendidos a lo grande.