Tráfico de especies, el tercero más rentable
Ilícito. Los traficantes acopian, trasladan y venden seres vivos o muertos.
Una de las principales amenazas para la vida silvestre es la sobreexplotación de especies, cuyo tráfico ilegal es el tercer negocio ilícito más rentable del mundo, según la directora de Zoológicos y Vida Silvestre de Ciudad de México, Claudia Lewy.
El coordinador regional de Biodiversidad y Ecosistemas de la Organización de las Naciones Unidas, ONU Medio Ambiente, Alberto Pacheco, detalla que este ilícito mueve entre 10.000 millones y 26.000 millones de dólares al año. Este delito se halla por detrás del tráfico de drogas y armas.
“Este comercio, que incluye ejemplares vivos o partes del animal como cuernos, colmillos o piel, explica por qué tantas especies están en peligro de extinción”, asegura Lewy. “Basta con que un animal ‘se ponga de moda’ para que inmediatamente se produzca una disminución de las poblaciones en el planeta, es preocupante”.
Esta actividad no solo incluye animales, pues existen por ejemplo varias especies de cactáceas gravemente amenazadas y que se usan para ornamentar jardines de muchas casas en Estados Unidos.
El tráfico ilegal de vida silvestre constituye un delito en la legislación ambiental de México y otros países de la región. Involucra la extracción, acopio, transporte y comercialización de flora o fauna silvestre que quebranten leyes y tratados nacionales e internacionales. A pesar de ello, Pacheco lamenta que en el ámbito internacional “la legislación está marcada de tal forma que las penas para el comercio de drogas son más fuertes que las del tráfico de especies. Por eso el crimen organizado asume ese riesgo como menor”.
Un pangolín. Foto: Internet
El principal factor que detona el tráfico ilegal de vida silvestre es la demanda, favorecida por el bajo riesgo asociado a esta actividad.
Un caso reciente es el del pangolín, que se ha convertido en uno de los animales más traficados del mundo. Se trata de un mamífero menudo, cubierto de escamas cobrizas y que vive en las regiones tropicales de África y Asia.
El pangolín, dice Lewy, era una especie desconocida y ahora se ha vuelto popular dentro del tráfico de especies por su carácter tranquilo e inofensivo, idóneo para convertirse en una mascota. “Eso disminuyó sus poblaciones de forma dramática, llevándolos al borde de la extinción”, asevera.
La experta explica que a las especies de fauna silvestre que han sido extraídas de su hábitat se les quita la posibilidad de desarrollarse de forma normal física y psicológicamente.