Bebé sobrevive entre los fierros y sus abuelos luchan por ella
El hecho que conmocionó a Uyuni podría tener un final feliz. La madre de Milagros Valentina confesó a sus padres que fue ella quien dejó a su pequeña en el Cementerio de Trenes y ahora todo depende unas pruebas.
Milagros Valentina, con algunas semanas de nacida, fue abandonada en el Cementerio de Trenes de Uyuni, donde la encontró un hombre que notificó el hecho a las autoridades.
Hace algunos días, su progenitora confesó a sus padres que dicha bebé, que aparecía en las noticias, era su hija. Entonces, los abuelos maternos se presentaron ante autoridades de los Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM) de Uyuni para saber cuáles son los pasos que deben seguir para recuperar la patria potestad sobre la criatura, según un informe de radio Uyuni Andina, recogido por EXTRA DIGITAL.
Nidia Calani, abogada de esa repartición edil uyunense, no esperó para poner el hecho en conocimiento del juez que sigue esta causa y le solicitó que ordene la realización de una prueba genética, cuyos resultados se conocerán probablemente en dos o tres semanas, a causa de las limitaciones que impone la cuarentena sanitaria. En caso de comprobarse lo aseverado por los abuelos, la pequeña será entregada a ellos para su crianza.
Historia. El martes 19 de mayo, un hombre caminaba por el cementerio de trenes, donde escuchó el llanto de una criatura. Intrigado, buscó entre los fierros oxidados por el tiempo, los elementos químicos presentes en el ambiente, el sol y la sequedad. Quedó paralizado al encontrar un charco de sangre y a un costado, una hermosa bebé.
Dio parte sin esperar a las autoridades locales de su hallazgo y la nena fue rescatada y abrigada. La trasladaron al hospital General José Eduardo Pérez, cuyos pediatras la encontraron rebosante de salud y ganas de vivir. La noticia corrió rápidamente por el municipio y, muy pronto, 40 familias locales exteriorizaron su interés de adoptarla y darle un hogar.
Sin embargo, las leyes no lo permiten. Un juez dispuso que la niña sea internada en el hogar Niño de Praga, de la Villa Imperial, donde fue trasladada dos días después, tiempo en el que la solidaridad de los uyunenses se expresó en una gran cantidad de pañales, ropa infantil, biberones, leche para recién nacidos y más.
Milagro. Fue bautizada como Milagros Valentina. Milagros porque su supervivencia es obra de la divinidad y Valentina, porque debió ser muy valiente para no morir en medio del acero sin utilidad y el intenso frío de la región.
Pasaron más de tres semanas y su madre biológica no pudo más con sus cargos de conciencia. Reveló lo sucedido a sus padres quienes, ahora, reclaman el derecho de criar, atender y amar a su nieta.
No será cosa sencilla, pues hay trámites legales que cumplir. Primero, dijo la jurista, será necesario que esa prueba genética determine sin lugar a dudas que Milagros Valentina es su familiar.
Segundo, la Fiscalía abrió una investigación penal en contra de la madre de la niña por el delito de tentativa de infanticidio, que se sanciona con hasta 20 años de presidio, de acuerdo con el Código Penal vigente en Bolivia. Los abuelos, en todo caso, no son susceptibles a sufrir pena alguna porque no participaron, en caso de ser cierta su versión, en la comisión de ese grave delito.
La madre de la bebé es una mujer mayor de edad y, por lo tanto, penalmente responsable de sus actos.
Después de ordenar la prueba genética, el juez deberá disponer la paralización de los plazos procesales para la adopción de la nena.
Serán dos medidas imprescindibles para preservar el derecho de Milagros Valentina a reunirse con su familia. Cuando le haga, el milagro, será completo.