Icono del sitio La Razón

Bolivia apronta su ingreso en la ruta del hidrógeno verde

alvaro_arnez

Álvaro Arnez, viceministro de Energías alternativas

Se prevé que en septiembre el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, dé a conocer la hoja de ruta para que el país se encamine en la producción de hidrógeno verde y amoníaco. Conversamos sobre este tema con el viceministro de Energías Alternativas, Álvaro Arnez. También abordamos las consideraciones respecto a la reciente firma de dos convenios para dos plantas adicionales de Extracción Directa de Litio (EDL) con las empresas Citic Guoan y Uranium Group One.

En 2022, el mercado mundial de hidrógeno se valoró en $us 155.000 millones y se espera que crezca a un promedio anual de 9,3% entre 2023 y 2030. De este mercado, el hidrógeno verde representó alrededor de $us 4.200 millones (2,7%). Se espera que éste último acelere su ritmo de expansión en los próximos años, dada la demanda que tiene en sectores de alta demanda de electrificación y que requieren descarbonizarse para encaminarse dentro de la meta de cero emisiones netas de CO2 hasta 2050, tales como la producción de cemento y acero.

Lea también: La competencia en el triángulo del litio se va acelerando

Hidrógeno verde

En América Latina, Chile tomó la delantera y en 2021 puso en marcha H2Magallanes, un proyecto pionero en la región. Esto fue seguido por 62 iniciativas similares en otros 13 países. En muchos casos se trata de inversiones extranjeras. Recientemente, Argentina aprovechó el boom del hidrógeno verde para organizar un foro en San Carlos de Bariloche. Allí, su gobierno anunció que próximamente enviaría un proyecto de ley de hidrógeno verde al Congreso. La aprobación de dicho instrumento es un paso significativo que otorga seguridad jurídica a los inversionistas, una condición que favorece el entrar en operaciones.

Una señal importante reciente es también la visita que hizo Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, a Brasil, Argentina, Chile y México. En julio habrá una reunión cumbre UE-CELAC donde se espera que se presente la propuesta del Global Gateway, que es la iniciativa con la que los países del viejo continente intentan competir con el Belt and Road chino. El hidrógeno verde pesa más de lo que generalmente se cree, sobre todo a partir de la guerra en Ucrania, que disparó los precios de la energía en Europa.

En marzo, la jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, criticó que otros países extrajeran recursos de América Latina, particularmente, el metal blanco en el denominado triángulo del litio. En su intervención ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, la militar dijo que “esta región está llena de recursos y me preocupa la actividad maligna de nuestros adversarios que se aprovechan de ello, aparentando que están invirtiendo cuando en realidad están extrayendo”.

Richardson destacó que el triángulo del litio acumula “el 60% del litio del mundo. Argentina, Bolivia y Chile lo tienen y [nuestros adversarios] están sustrayendo recursos de estos países y de su gente, que están tratando de producir, de estas democracias que están tratando de contribuir con sus pueblos”.

Lo cierto es que dos empresas norteamericanas llegaron a Bolivia para ser parte de la competencia que abrió el Gobierno nacional para ver cómo y con quiénes abordar la explotación de litio con tecnología de EDL. Energy X falló al cumplir un plazo dentro del proceso de selección y quedó eliminada. Lilac Solutions, la otra empresa estadounidense, quedó entre las seleccionadas, pero aún no se firmó convenio con la misma.

Sobre todos estos y otros temas conversamos con el viceministro Arnez.

—¿Cómo ve las declaraciones que emitió en marzo la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson?

—Lo que pasa es que cuando se emitió este comentario del Comando Sur, no se evaluó el hecho de que existen inversiones también chinas en Argentina, en Chile y en Bolivia. En Argentina están con la empresa china Ganfeng Lithium. También en Argentina y en Chile están con la empresa china Tianqi Lithium, que es en parte dueña de la SQM, que es la productora en Chile. En Bolivia tenemos a dos empresas chinas, que es Citic Guoan y la otra que es CBC (CATL, Brunp y CMOC). En este escenario, ellos (los estadounidenses) no solamente han perdido terreno en Bolivia, sino también en Argentina y Chile. Y esto se debe resaltar.

Ahora, yo creo que tecnología ellos podrían tenerla, como las que se han presentado con Energy X y Lilac Solutions, pero por el financiamiento que podrían tener, al ser empresas privadas relativamente pequeñas, no están garantizando proyectos macro como los que queremos en Bolivia. Estas tres empresas con las que hemos firmado (CBC, Citic Guoan y Uranium Group One) son empresas grandes y que van a generar certidumbre en el financiamiento. Es más, se han dado montos en cuanto a la evaluación de los convenios. En el primer caso de $us 1.400 millones con CBC y en el segundo caso, con estos dos últimos convenios, otros $us 1.400 millones. Entonces, este es un escenario que da certidumbre de tecnología y financiamiento.

—¿Cuál es la perspectiva en el muy corto plazo y, digamos en cinco años, respecto al mercado de litio?

—Haciendo un pronóstico y una evaluación de cómo se está comportando el mercado en la actualidad, los precios internacionales del carbonato de litio, ya sea de grado batería o grado técnico, tienden a positivo. Es este escenario el que queremos aprovechar. Estamos evaluando precios del carbonato de litio que en este momento están por encima de $us 40.000 por tonelada el de grado batería y que es el que queremos obtener a partir de la extracción directa de litio. Como resultado de la dinámica entre la demanda y la oferta, percibimos que va a haber un déficit a nivel global por la alta necesidad que tiene la producción de vehículos eléctricos. Es por eso que hay seguridad en la inversión de estas empresas en los recursos bolivianos.

—¿En qué tiempo se espera que puedan empezar la construcción de estas cuatro plantas y cuándo más o menos se piensa que podrían comenzar a operar?

—Los convenios se han firmado en reciente fecha y a partir de eso se hacen los estudios, pero toda construcción de este tipo de plantas con tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) oscila en alrededor de dos años. Entonces hay que tomar esto en cuenta y pensar que, si empezamos el día de hoy de manera acelerada, podríamos tener producción a finales de 2024 o en 2025.

—¿Cómo está yendo la planta industrializadora que se tiene en construcción actualmente?

—La construcción básicamente ya ha concluido y en los meses próximos ya se empezaría con todo lo que es la puesta en marcha, estamos hablando de estar en ese escenario en agosto. Esa planta va a producir 15.000 toneladas anuales de carbonato de litio grado batería. La producción va a ir gradualmente aumentando de tal manera de que este año se espera una producción entre 2.000 o 3.000 toneladas. Es una tecnología nueva que está visualizando una producción de carbonato de litio grado batería. Esta es una planta que le va a pertenecer en un 100% a Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB).

—¿Qué otras iniciativas importantes se están conduciendo en lo que hace a energías alternativas?

—Bueno, estamos viendo una proyección a largo plazo en el escenario en que todos los recursos a partir de fósiles, como el gas natural, el petróleo, en determinado momento van a tornarse escasos. Además, antes de que termine esta curva de producción de los energéticos fósiles, ya vendrán ciertas restricciones medioambientales. Es por eso que el hidrógeno verde viene a formar parte fundamental en este momento. Esto ya está pasando en Europa, en los países industrializados. Pero, como somos un país que produce gas natural y tiene en este momento ese recurso, es que se está haciendo una proyección a 2030, 2040 y 2050 de producción de hidrógeno verde. Es algo que, por ejemplo, en Chile, están trabajando muy aceleradamente, dado que ellos no tienen energía y la energía más cara es la que no se tiene.

Entonces Bolivia está planificando, primero a corto plazo y luego en el mediano y largo plazo, la producción de hidrógeno verde con una hoja de ruta que ya la vamos a tener concluida en septiembre. Esto se está haciendo en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para fortalecer la matriz energética que tiene Bolivia. En determinado momento esos ductos que en alguna ocasión exportaban gas podrían ser ahora hidroductos que exporten hidrógeno verde.

—A grandes rasgos, ¿cómo es esa hoja de ruta?

—Dentro de lo que es la producción de hidrógeno verde se tiene planificada, de manera inicial, la producción a nivel piloto en ciertas zonas donde existe mayor potencialidad. Lo que el estudio va a definir es una garantía de que la producción va a ser rentable, tomando en cuenta que, en este momento, los precios de los electrolizadores a nivel mundial están elevados. En este momento lo que se está haciendo es la evaluación en función a las tecnologías, ya sea alcalina, por ejemplo, que está dentro de los estudios. Esperamos que con esto se pueda proyectar en el futuro plantas piloto y luego, pensar ya en plantas semiindustriales e industriales.

También estamos viendo utilizar la fotovoltaica para generar hidrógeno verde y amoníaco verde, que viene a ser el fertilizante que también producimos en la planta de Bulo Bulo. Ya se tienen varios datos de que éste sería el siguiente combustible que reemplazaría a los combustibles fósiles. También tenemos los proyectos nucleares, que estamos poniendo en marcha con los centros de medicina nuclear contra el cáncer. Aquí tenemos dos en el departamento de La Paz, uno en El Alto y otro en Achumani. Tenemos otro en Santa Cruz, que ya ha sido inaugurado.

Además, está el centro de investigación en tecnología nuclear en El Alto, donde se producen radiofármacos. Se está construyendo en este momento, mientras hablamos, el reactor de investigación nuclear. Se está construyendo también y se va a entregar, esperamos en fechas próximas, el centro multipropósito de radiación, siendo una tecnología para el agro. Esto contempla lo que es la visión del programa nuclear boliviano, obviamente con fines pacifistas netamente.

—Una vez obtenido el hidrógeno verde, ¿cómo funciona? ¿En forma de gas, de celdas?

— Por eso mismo es que el hidrógeno verde va a ser masivamente utilizado en el futuro. Es muy versátil. En este momento, ya tenemos el hidrógeno reemplazando a los fósiles en vehículos pequeños, medianos y grandes, de alto tonelaje, que funcionan a hidrógeno. Estos nuevos vehículos funcionan a hidrógeno y también con las celdas eléctricas. Este escenario, del que estamos hablando, ya lo contempla Brasil, por ejemplo. Colombia tiene buses a hidrógeno verde.

Se puede utilizar este recurso en forma de gas y también se lo puede emplear como un combustible a nivel del amoníaco. Ya hay tractocamiones y maquinaria del agro que funciona en base a amoníaco en Europa. También se puede usar el hidrógeno en forma de células para volverlo eléctrico. Entonces es muy versátil. Lo que se quiere es que el precio de los electrolizadores, de la misma forma en la que años pasados fueron los paneles fotovoltaicos, vayan reduciendo de precio con la incursión de la masificación china en producción y así sean más accesibles y rentables.

Álvaro Arnez, viceministro de Energías Alternativas

Estudió Ingeniería Electromecánica en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba y realizó posgrados en Bolivia y México relativos a las ciencias de ingeniería química, hidrocarburos y competitividad global, entre otros estudios. La autoridad ocupó entre 2012 y 2016 el cargo de Viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos en el Ministerio de Hidrocarburos y Energía. Actualmente es también docente universitario.